En la actualidad la eficiencia energética se ha convertido no solo en una opción, sino en una práctica necesaria. La optimización de recursos no solo es más amigable con el medio ambiente, sino que puede suponer un gran ahorro en el consumo de energía.
Coches más eficientes y el uso de energías renovables son habituales en la actualidad como medidas para reducir el consumo. Sin embargo, el gran olvidado han sido durante mucho tiempo los edificios. Gran parte de la energía se destina a calentar edificios durante el invierno y a refrigerarlos durante el verano. Al no estar optimizados, gran parte de esa energía se pierde, resultando en mayor contaminación y en un gasto inútil de recursos. Existen varias maneras de optimizar la climatización de edificios, desde el uso de mejores aislantes a sistemas eléctricos sostenibles. Pero hay algunos que están revolucionando el comportamiento energético de los edificios, como las fachadas ventiladas.
El concepto de la fachada ventilada es muy sencillo. El mayor problema de los edificios a la hora de retener o evitar pérdidas de temperatura son los puentes térmicos. Si bien los muros suelen ser buenos aislantes, puertas y ventanas no lo son, provocando una gran pérdida de calor en invierno, por ejemplo. No todos los materiales transmiten la temperatura de igual manera, por lo que el simple marco de una ventana puede provocar grandes oscilaciones en el termómetro que costará energía solventar.
Para evitar esos puentes térmicos, una solución es el uso de fachadas ventiladas. Se trata de un cerramiento de fachada que deja un espacio entre la superficie exterior y la interior del edificio, con aberturas en su parte inferior y superior que permiten la circulación del aire. Esta cámara de aire actúa como aislante dinámico que evacúa calor en verano por evaporación y lo conserva durante el invierno.
El tipo de material que se puede utilizar en el revestimiento de la fachada es enorme. Sin embargo, cuantas mejores propiedades tenga la superficie exterior más eficiencia tendrá a la hora de aislar. El gres porcelánico, como el que fabrica Grupo Greco Gres bajo la marca Frontek, es ideal para el revestimiento de fachadas ventiladas. Debido a su gran resistencia, baja porosidad, y baja absorción de agua, es un material excelente que además permite gran cantidad de posibilidades estéticas por su amplio catálogo de colores y texturas.
El concepto de la fachada ventilada es sencillo, al tratarse de una cámara de aire abierta en su parte superior e inferior, permite la circulación del aire según las circunstancias. En verano el calor calienta el aire que abandona la cámara por la parte superior, renovándose con aire más frío del inferior, manteniendo una temperatura más baja en el interior del edificio. En invierno el efecto se produce al contrario, la cámara de aire permite mantener el calor del interior en mejores condiciones debido a la renovación del aire.
En definitiva, la fachada ventilada de Frontek permite no solo mejorar la estética, funcionalidad y durabilidad de los edificios, sino que también su habitabilidad.